Buscando por toda la ciudad
La pareja empezó a pensar en todos los lugares posibles donde podría estar el tigre. Naturalmente, los primeros lugares que se les ocurrieron fueron otros zoológicos, santuarios y centros de animales. O eso, o puede que la tigresa siguiera perdida en la naturaleza, buscando a sus cachorros en lo alto de las montañas. Sin embargo, Martin se imaginó lo peor. Si seguía viva, razonó, no habría perdido a los cachorros y éstos no estarían ahora al cuidado del dueño del zoo. Dedujeron que probablemente la tigresa había sido secuestrada y estaba retenida contra su voluntad en algún lugar de la ciudad. A continuación, sólo había una cosa sensata que hacer.

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Alertaron a las autoridades
La pareja cogió el teléfono y marcó el 911 sin pensárselo dos veces. El hermano de la mujer era agente de policía. Así que se puso en contacto con él personalmente para ver si podían proporcionarle alguna pista. Era posible que alguien en la ciudad hubiera oído rugidos o visto actividad inusual de un animal grande. Afortunadamente, el hermano estuvo de acuerdo con el insólito deseo de su hermana. Empezó a indagar para obtener cualquier información pertinente. Y enseguida le devolvió la llamada. Le informaron de una denuncia formal presentada por un residente. La policía la había descartado, pensando que se trataba de una broma pesada. Pero ahora parecía legítima.

Alertaron a las autoridades